Juan Carlos Rodríguez: "La construcción cultural de la mujer y la construcción cultural de los negros lo cambiaron todo"


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Lo curioso es que de hecho los Estudios Culturales habían comenzado en el ámbito británico, con cierta raigambre marxista, a partir de Raymond Williams y del primer Stuart Hall, que desde 1964 dirigía el Centro de Estudios Culturales en Birmingham (1) (con Hall empezó también Terry Eagleton). Pero la construcción cultural de la mujer y la construcción cultural de los negros lo cambiaron todo por su efervescencia masiva de lucha, y por sus teorizaciones básicas: no existe realidad esencial alguna. Sólo la del "yo nací libre"; el resto es sólo una pérfida sarta de construcciones culturales. En los estudios de 'Género' (o sea, en la construcción hombre/mujer) se inscribiría enseguida el feminismo de la 'Diferencia' (y ahí intervendrían la 'diferencia' de Derrida y de Hélène Cixous, etc., y el "no-todo fálica" de 'cada' mujer en Lacan); hasta que básicamente a partir de Judith Butler, se abrieran paso las "teorías 'Queer'" (o, en términos de Foucault, la multiplicidad de los placeres y sus usos). En suma: no hay género ni normas en ningún aspecto. Ni sexualmente, ni políticamente, ni literariamente, ni en filosofía o en arte: todo se puede mezclar porque todo es lenguaje arbitrario, un puzzle de símbolos y signos, una repetición/diferencia que se establece en un instante y se borra de inmediato (quizá aquí se traslucía de manera opaca la vieja tradición metafísica entre esencia y apariencia, sólo que tachando la esencia y dando todo el valor a la apariencia, a las superficies, al "todo vale").

(Notas):

(1) Stuart Hall fue también director de la "New Left Review". En ensayo de Hall titulado en su edición española 'Los hippies: una contracultura' (1977) supone un magnífico ejemplo de lo que pudieron ser los Estudios culturales. Luego, tales estudios, como el propio Hall, prefirieron seguir la vía blanda de Paul Goodman (la crítica de Goodman a 'On the Road', de Kerouac puede contrastarse con el ensayo citado antes), la vía del "Nuevo Periodismo" y las premoniciones tecnológicias de McLuhan. Si se le añade a esto el 'sexo, drogas y rock and roll', la desaparición de la política y la importancia del "viaje interior" y de las "puertas sensibles de la percepción" se comprenderá fácilmente el triunfo pop de la posmodernidad en los años 80-90 hasta nuestros días.

(Fuente: "Subjetividad y subjetivación en la cultura de hoy (notas sobre Foucault y Heidegger y otras cuestiones anexas)", 'Tropelías. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada', 18 (2012)).

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Juan Carlos Rodríguez: "Foucault se basaba en las raíces mismas de la civilidad americana: es decir, las raíces del "yo libre""


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Por supuesto estas preguntas no ponían para nada en duda el sistema capitalista, sino que se basaban precisamente en él: si tenemos la Constitución y los Derechos civiles y los Derechos humanos ¿por qué se nos excluye o se nos margina? Y la respuesta resulta obvia: no por ninguna esencia biológica sino por una obsesiva "construcción cultural". Por supuesto que las mujeres y los negros adquirieron sus derechos y su ciudadanía gracias a sus propias luchas masivas, pero en medio de esas luchas masivas estaba también la acumulación masiva de libros, teorías, acontecimientos, 'happenings' rockeros, 'hippies' y multiétnicos. En suma, una lucha tremenda que iba a acabar pacificándose -en el nivel de las prácticas teóricas- a través de los susodichos Estudios culturales o de género o postcoloniales, etc. ¿Y qué mayor solicitación para construir las nuevas formas de 'subjetivación corporal y vital' que los trabajos de Foucault? Sobre todo teniendo en cuenta que Foucault se basaba en las raíces mismas de la civilidad americana: es decir, las raíces del "yo libre" (como subjetividad que nunca se ponía en duda), y a partir de ahí la denuncia de las tecnologías sistémicas que se imponían sobre el cuerpo libre del yo libre. Era un planteamiento muy similar al de Emerson o al de Thoreau (1). Era algo que permitía incluso "semiotizar" históricamente las líneas de un determinado marco de pensamiento y de comportamientos vitales que podían ir desde los 'hippies' a los 'yuppies', de forma transversal (puesto que las dislocaciones y las explotaciones de clase desaparecían en Foucault).

(Notas):

(1) Sobre el despliegue socio-ideológico del individualismo y del pragmatismo norteamericano resulta imprescindible el libro de Louis Menand 'El club de los metafísicos. Una historia de las ideas en América' (2002). Es un análisis exhaustivo acerca de Holmes, William James, Dewey y Peirce (el subtítulo del libro que aparece en la traducción no se hallaba en el original de 2001). Dewey y W. James se formarom ampliamente en Alemania y fueron buenos lectores de Hegel y Kant, aunque lógicamente los tradujeran al "experiencialismo" de sus parámetros empiristas. La continuidad de esta tradición americana (Thoreau, Emerson, Whitman) en los años 50-60 entre los escritores 'beats' más relevantes, como Burroughs, Ginsberg o Kerouac, resulta transparante, y puede verse en el lúcido libro de James Campbell 'Loca sabiduría. Así fue la generación Beat' (2001; aquí es la primera parte del título la que no aparece en el original inglés). "Where are we going, Walt Whitman?", se preguntaba Ginsberg en el poema "Un supermercado en California". Fue esa California empapada en la herencia 'beat' la que acogería a Foucault en los años 70.

(Fuente: "Subjetividad y subjetivación en la cultura de hoy (notas sobre Foucault y Heidegger y otras cuestiones anexas)", 'Tropelías. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada', 18 (2012)).

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